La fluidez con la que se fue gestando este regreso parece simplificar todo, incluso la puesta a punto: ensayaron apenas una semana en Unísono, el estudio de Gustavo Cerati en Florida, muy cerca de donde empezaron a tocar a comienzos de los 80. "Al segundo ensayo ya sonábamos increíble", cuenta entusiasmado el saxofonista Sergio Rotman. "A los Cadillacs les toma medio tema sonar lo que a cualquier grupo le toma dos años." ¿Hay material nuevo? "Sí, estuvimos pasando nuevas canciones. ¡Flavio está especialmente inspirado! Pero no vamos a tocarlas en vivo, no aún. Pero seguramente habrá disco nuevo más adelante", responde Rotman. Flavio, por su lado, agrega: "Hay unos demos dando vueltas, algo que grabamos rápido. Veremos qué se hace con eso. Hay ganas, claro. ¡El ritmo de la luz parece asomar! ¡Y sobre nosotros caerá!".
Vicentico está a pleno con su quinto disco solista, Vicentico 5. Flavio surfea las olas de la escena subterránea con su proyecto ska Sr. Flavio en el que toca junto a su hijo y escribe sin pausa (crónicas y cuentos de misterio, en su blog y en libros). Rotman cerró un gran año editando La herida con Mimi Maura y Hacia el mar de carbón con El Siempreterno. Cada quien conserva lo suyo, pero nada altera la comunión de los Fabulosos. Es más: las redes del grupo se extienden a los proyectos paralelos de sus integrantes. De eso da cuenta el ex Cienfuegos, que sigue con un pie en Puerto Rico y otro en la Argentina. "Estamos en contacto constante. Dani Lozano toca con Mimi Maura, igual que Fer Ricciardi y yo, que además compartimos El Siempreterno. Mario (Siperman) masteriza mis discos. Y con Gabi y Flavio nos escribimos todo el tiempo", detalla Rotman.
"Es algo muy bueno, de hermandad experimentada", suma Flavio. "El universo de Cadillacs se vislumbra más amplio, y yo creo que es porque nuestra vida es la banda, y eso incluye sus desprendimientos."
Por Santiago Delucchi para rollingstone.com.ar
