Slash on the Rocks

Slash concretó dos shows en Buenos Aires y luego viajó para tocar en el Orfeo de Córdoba. Aquí, el testimonio de ese arribo glorioso a la Docta.
Salimos de casa dispuestos a ver rock and roll como el de antes, como en los ´90. ¡Rock duro, carajo! Para los fans cordobeses de Guns n’ Roses fue un flash. Slash nunca había pisado Córdoba, no podíamos perder esa oportunidad como buenos rockers que sabemos ser. Por eso el martes 12 de abril de 2011 nos dirigimos al Orfeo Superdomo, un lugar muy íntimo para alguien tan grande como Slash.
El show estaba anunciado a las 21.30, y como en este país estamos acostumbrados a llegar tarde, porque todo empieza tarde, salimos de los bares y nos encontramos con que la banda soporte ya sonaba y todavía no habíamos cruzado el puente que nos lleva a las puertas del estadio.
Coverheads rockeaba un tributo a AC/DC. En la puerta terminamos la bebidas y ahí sí, nos mandamos. Todavía no se había colmado la capacidad del lugar, adentro la gente de negro y pelos largos; chicas rubias (oxigenadas) y chicos tatuados, esa gente que ves de noche y de día decís “¿donde se metieron?”. Por otro lado nos llamó la atención esa cosa de “familia” heavy, metaleros cuarentones, clara primera generación de fanáticos de los Guns con sus hijos lookeados para el evento.

Subieron una bandera con la tapa del nuevo disco del ídolo al fondo del escenario. Entonces todos vitoreábamos para que Slash saliera a darnos lo que esperábamos. Se probó sonido mientras los fanáticos hacíamos (ejem… hacían….) el aguante. Uno de los plomos se copó tocando (y muy bien) lo que despertó la emoción, que aumentaba minuto a minuto. Teníamos muchas expectativas porque la banda está formada por un podio de rockeros famosos: Myles Kennedy (Alter Bridge) en voz; Bobby Schneck en guitarra; Todd Kerns (Age Of Electric) en bajo; y Brent Fitz (Alice Cooper, Vince Neil, The Guess Who, entre otros) en batería.

Con el estadio lleno (unas 5000 personas) y súper puntual se acabó la espera con Ghost, la canción que abre “Slash & Friends”, seguido por Mean Bone de Slash Snakepit. La euforia se apoderó de nosotros cuando Myles Kennedy, nos preguntó: “Are you ready to take the Nightrain?” haciendo alusión a la canción de Guns n’ Roses, el campo explotó con los primeros acordes. Luego vino Rocket Queen. La euforia parecía no tener límites.

Mucha cabalgata nostálgica para arengar al público nos dejó extasiados, pero Myles nos recordó que Slash estaba acá para presentar su disco solista, enseguida nos ametrallo con canciones como Back from Cali, la power balada Starlight y la súper-heavy Nothing to say.

Slash no dejó ningún bache haciendo un recorrido por todas sus bandas, entonces, como muchos esperábamos, llegó el momento de Velvet Revolver. Sonó Sucker train blues, luego volvimos al presente con We’re all going to die, tema que en su nuevo disco hace con Iggy Pop, que en esta ocasión cantó Todd.

Por si a esta altura quedaba alguna duda de que Slash es un héroe de la guitarra, liquidó esa inseguridad con un solo impresionante: en trance arrodillado en el escenario y todos perdidos en la velocidad de sus dedos. Fue mágico.

Sobre el final volvimos a sumergirnos en Velvet Revolver con Slither y Slash hizo su clásica versión de El Padrino ubicado en el medio del escenario, sin tiempo a digerir semejante demostraciones ya empezaba By the Sword.

fuente rock.com.ar