Fidel Nadal: Forever Together


Después del éxito gigante de “International Love” y volver al reggae en Argentina una cuestión cotidiana e indiscutible, el referente rasta de la República revisa su propia geografía emocional y la convierte en rima para su nuevo disco, “Forever Together.”
Va despacio, o va en explosiones, pero va. Siempre fue así. A mediados de los 90s, Fidel Nadal, más allá de sus intervenciones junto a Manu Chao en Mano Negra, era la primera voz en Todos Tus Muertos, con sus gigs en Cemento que eran un desquicie energético, aprobación en América Latina y un aura heredada de sus orígenes punk que se convertía de a poco en reggae de raíz cuando el reggae de raíz, en este país, no era lo que es hoy. Existía, sí, había oídos atentos, catálogos importados adaptados por cultores locales, pero un megafestival con un día entero dedicado a las vibraciones de Kingston o que suene dub en una radio mainstream era impensable más que impensado. Después, Fidel va solista, en 2000 aproximadamente, tras reafirmar la formula con un proyecto crucial como Lumumba y respirar underground para devolver verdades rasta, con trips iniciáticos a Jamaica y LPs autofinanciados y autodistribuídos. A la par venía el resto del movimiento, en labor hormiga también: Mensajeros con Dread Mar I, Nonpalidece, Resistencia Suburbana, Riddim y Los Cafres desde fines de los 80s. Y a Fidel, no habia nadie que no le concediera su alto respeto. El pico arreciaba. “International Love”, a comienzos de 2009, fue la inflexión. Ese verano, Fidel convoca gratis a casi 30 mil humanos en Mar del Plata. OK, había un hit y sonaba en la radio, el clip en exceso de colores diseñado por Pablo xColittx Mathon, director de arte de remix, hizo el resto, pero ni Fidel mismo se lo explica. Quizá la actitud despreocupada-relajada del género en su primer approach, a contramano de la gran estampa preocupada del rock nacional de siempre, tuvo algo que ver. Pero la respuesta en cierto punto se escapa. Quizá se sepa más en breve. Fidel vuelve y rápido, con “Forever Together”, con xCOLITTx nuevamente en el nuevo clip, “Te Robaste Mi Corazón”, el tecladista Chucky de Ipola en producción, co-labs con DJ Blass (regular de Daddy Yankee y Wisin y Yandel), atisbos funk y electrónicos, charlas sobre amores, abuelas y padres y la narración en rima de la química de la vida común, sabiendo que decir pop no es decir cualquier cosa. Ser pionero al final rinde.

¿Qué tal México DF?
¡Bien! Se saben todas las canciones. Hice “Te Robaste Mi Corazón”, pero no estrené nada más. La verdad, desde el primer día que vine aquí me reciben muy bien, me esperan, y para mí es muy importante México. En todos los momentos me apoyaron, más cuando me largué como solista.

Hay una variación rítmica y lírica en “Forever Together”, no es una formula repetida. Hay una dirección clara.
Puede ser, uno tiene cosas que le gustan y no le gustan, pero para un lado claro apunto. Y en cierto punto, las canciones se hacen solas. Voy como un pintor ante la hoja en blanco, miro hacia dónde va, yo sigo a la canción más de lo que la canción me sigue a mí. Así hago las cosas, a lo espontáneo, a lo casual. Lo que sí tengo claro es el ritmo, su estructura. El resto, me fijo. Ahí está la adrenalina, ahí te jugás y ves de qué estás hecho. Una canción mía te puede parecer corta, pero para mí, te juro, es muy larga. Son diferentes inspiraciones en una letra, por ahi estoy pensando en una cosa a la primera estrofa y cambio totalmente a la segunda. Por ejemplo, “Luz y Compañía”: ¿a quién le estoy hablando? En esa canción se me cruzaron muchas cosas, muchas situaciones.

Hablás de tu abuela y tu padre en el disco. No es común que seas autobiográfico, tan puntual.
Claro. No es común que yo tenga una canción que vaya hacia una sola persona, porque trato de no recaer sólo en mí, sino hacerlo para el resto, ser un poco más universal.

A principios de tu etapa solista, cuando te editabas y distribuías vos mismo, ¿qué enseñanzas pudiste extraer?
Para mí fue algo lindísimo, porque todo eso te da la dimensión de lo que vos tenés y podés hacer. Veía a tipos que solos no podían hacer nada, que el sello, que el manager, que esto y lo otro. O sea, yo no tenía ni manager, me jactaba que sin apoyo hacía todo. Los discos que entraban en las disquerías salían de mi mochila, del baul de mi auto. Grababa, los mandaba a fabricar y los iba a buscar. Ir a la fábrica de CDs fue muy loco, conocí mucho más que lo que me mostraba y permitía mi puesto de cantante, fue una excursion. Pensaba: “Ah, ¿así hacen el pan? Yo siempre lo compré en la panadería.” Aprendí que no es más que dedicarse a hacer música y punto. Hoy no haría todo esto, no es productivo, pero me dejó mucho realmente.

Después de eso, “International Love” y 30 mil personas en la playa en Mar del Plata.
Esa cantidad fue, ¿no? Veo los clips en Youtube y no lo puedo acreditar. Bah, quizá porque era verano, era gratis en la playa, todos fueron a divertirse.

Todo bien, pero te iban a ver a vos.
Tal cual, se sabían los temas. Yo sentí que hacía un gol de media cancha. En ese momento llevábamos “International Love” a todos lados. Es la fuerza de un hit, en cierto punto.

Ahora, ¿cuán peligrosa es la dependencia al hit?
Ya un poco se te vuelve como una adicción, necesitás al hit, lo buscás. En un momento me sentí en una encrucijada, me puse nervioso, como en la famosa camisa de once varas. Después me relajé, “International Love” ya está, no lo puedo repetir. Me solté e hice lo que quise. Si iba a al estudio como si fuera un laboratorio del éxito, me iba a quedar la cara como la de Einstein.

El reggae, hace unos años, no estaba en auge ciertamente.
Es cierto. Y te digo más: cuando empecé como solista, cuando me dediqué de lleno al reggae, tuve que basar mi carrera en el exterior. En Argentina no gustaba tanto, era un punto más remoto, quizá en lo geográfico, en lo étnico, no sé por qué. Poco a poco, fue más global.

Entonces, ¿qué lo hizo global?
Las comunicaciones, Internet, antes no tenías ni idea de lo que hablabas y luego todo estaba al alcance de la mano. El reggae acá siempre tuvo su fanaticada incondicional, es cierto. Pero las comunicaciones lo hicieron posible a este auge, a que el género se quede y se instale.

Quizá sea un click de conciencia, o una cuestión instintiva, más que un factor de banda ancha.
Pero si vos me preguntás “qué pasó”, yo te digo que pasó esto. Es una pregunta casi sin respuesta. Cuando llegué con el soundsystem, cantar encima de discos, la gente al término no lo podían ni pronunciar, caía con vinilos y pensaban que se me había quemado la cabeza. Hoy un DJ es de lo más normal, qué sé yo, ¡hasta el tipo de la pizzería de cerca de mi casa es DJ! Levantás una baldosa y sale uno. También, llegaron un montón de artistas, cuando antes no venía casi nadie. Recuerdo cuando tocaron los Wailers en Obras afuera, cuando Obras siempre fue adentro. Ahí vi a The Police cuando vinieron, fila cuatro, con sillas en el piso y si te parabas para bailar la policía te sacaba del pescuezo. En Obras afuera, esa vez, tocaron los Wailers, y tocamos todos de soporte. Salí a hacer mi show y había, no sé, 10 mil, 20 mil personas. Todos coreaban mis temas. Ni había salido “International Love.” Ahí dije: “¡Acá pasa algo!” Y las bandas han trabajado, han hecho mucho.

Hoy Nonpalidece llena el Luna Park, cuando hace unos años tocaban para cien personas en el Tigre.
Sí, Nonpalidece. ¿Y de Los Cafres? ¿Qué me decís? ¡20 años de laburo! Por otra parte, el semillero empezó a explotar y a hacer las cosas bien, salieron desconocidos y promesas.

¿Esto abre una ventana para hablar de rastafari? ¿De cultura, de religión?
Es que ya no se puede ocultar. No es secreto que está el movimiento rasta, sabés que existe. Pero, por ejemplo, soy vegetariano hace 20 años, y no salgo a anunciarlo, yo soy vegetariano para mí mismo. Podés decirlo, pero a mí nadie me llevó, yo fui y lo busqué. No sé si llevarlo a una dimensión sociopolítica, va a algo más filosófico, a la propia fe del ser humano.

Quizá se trata de tirar la piedra.
Sabés todas las piedras que tire yo…

No es lo mismo tirarla en Cemento que ante 30 mil personas.
Eso es cierto. Ya cambia un poco la escala.
Teléfono a México DF TEXTO: Federico Fahsbender
FOTOS: Mechi Fahsbender
ART DESIGN: xCOLITTx Pablo Mathon
para zarpado.com