Relatos y vivencias de la Regata del Bicentenario

Los veleros que participan de la competencia largaron la segunda etapa; conocé los detalles desde la mirada de un tripulante de la Fragata Libertad
Finalmente, después de dos postergaciones por falta de viento, el pasado sábado 10 de abril, a las 9, los once "grandes veleros" -porque cada vez son más- largaron la segunda etapa de la Regata del Bicentenario, desde una línea imaginaria ubicada a escasas 100 millas al sur de Valparaíso. El día se presentaba soleado y el viento soplaba no más de 11 nudos del sector sur.

El domingo, a las 22.09, el "Cisne Branco", cruzó la línea de llegada frente a Valparaíso, ganando la cinta azul al primero en llegar en tiempo real. El escaso viento de las primeras horas de regata favorecieron su poco peso en relación con su gran velamen. ¡Felicitaciones nuevamente Brasil!

Tras él, en un final de "bandera verde" cruzaron "Cuauhtemoc" de México apenas milla y media delante de nuestra "Fragata Libertad" que, a su vez, aventajó por escasa media milla al anfitrión "Esmeralda". Así, nuestro "buque escuela" ganó en su categoría y el Comité de Regata dirá si también la general por tiempo corregido ¡Felicitaciones nuevamente "Fragata Libertad"!

Los navíos y sus tripulaciones debieron esforzarse al máximo en esta competencia, quitándole horas al sueño, dado que por ser muy corto el recorrido y la poca facilidad de maniobra de sus aparejos, no podía cometerse el más mínimo error en la decisión de las velas empleadas, las maniobras ni el rumbo.

Los equipos de cubierta de nuestro "buque escuela" son un tema especial. Son tres equipos de 16 hombres cada uno con su respectivo Contramaestre, que atienden los tres palos de la Fragata. El primero llamado "Trinquete", el segundo "Mayor" y el de más atrás "Mesana". Ellos deben subirse a los palos para arriar o desplegar las enormes velas. Un cuarto equipo atiende el "Pañol de velas", donde se guardan o sacan los recambios, y al que se accede por una pequeña escotilla en proa. Generalmente, todo esto se hace en las peores condiciones de viento, lluvia o lo que se presente.

La camaradería y sana competencia entre los 4 equipos, es algo increíble y su sentido del humor y buena disposición, dignos de todo elogio.

Cada equipo tiene su propia remera con la inscripción al que pertenece y su imagen estampada. "Las ratas del pañol" tienen en su espalda una gran rata disfrutando un trago en una reposera, mientras trabajan en la cubierta un cuervo, un tigre y una tortuga y, claro, una vez que ellas sacan o guardan velas los demás trabajan.

"Los cuervos del Mesana" tienen en su camiseta varios cuervos soplando las velas desde la popa, mientras un gran cuervo musculoso y con un látigo en la mano los vigila. "Las tortugas del Mayor", con un enorme y fortachón "tortugo" en la espalda de su remera, marcan la importancia del palo al que sirven.

Por último "Los tigres del Trinquete " sienten que son ellos los que enfrentan el viento y su remera muestra un tigre confiado y sonriente, que bajo su musculoso brazo, tiene a un cuervo con la lengua afuera, mientras bajo su garra está cautiva una tortuga y de su mano cuelga por la cola una rata.

¡Bien muchachos de cubierta! porque sabemos que cuando hay que estar 24 horas subiendo y bajando de los palos, lo hacen con la mejor disposición y el mismo excelente humor.
En 1966, la "Fragata Libertad" conquistó el "Record Mundial de Velocidad, en el Cruce a Vela del Atlántico Norte", entre América y Europa, recorriendo 2058 millas en tan solo 8 días y 12 horas. Este record jamás ha sido batido. No trabajaban entonces en los palos, los mismos tigres, tortugas, cuervos ni ratas, pero sin duda en todos aquellos tripulantes de cubierta, imperaba el mismo espíritu que ostentan hoy y que no es otra cosa que el espíritu del pueblo argentino, generoso, valiente y patriota.

La Regata de la Solidaridad concluyó, los tripulantes bajarán de los buques y entregarán víveres y vituallas que fueron recogiendo en su camino, para las víctimas del terremoto. Tienen además asignadas tareas de reconstrucción de escuelas, centros comunitarios y de salud en Valparaíso.

Su recorrido ya es una epopeya, y a su paso el mar, el cielo y las montañas los saludaron de gala. A fines de febrero, cuando llegaban desde Mar del Plata a Punta del Este, al atardecer, se pudo ver en el horizonte el famoso "rayo verde" que forma el mar cuando el sol se pone en él, un fenómeno inusual y que, según cuentan, trae la buena fortuna a quienes lo vean. También fueron coronados por el "arco iris austral", cuando estaban en Ushuaia, mientras las montañas, glaciares y ventisqueros se vistieron de su mejor blanco para verlos pasar.

Sí, ésta pierna de la Regata del Bicentenario concluyó, pero el primero en llegar llevaba la flama de los demás, porque todos los navíos en su conjunto y sus tripulaciones ya son los ganadores ante la historia, en la aventura más imponente y simbólica que navegó jamás alrededor de América del Sur.

(*) El autor es navegante, socio del Yacht Club Argentino y miembro de la Asociación de Amigos de la Fragata Libertad.
Por Eduardo Olmos*
Especial para lanacion.com